UA-67133534-1 Livesmiling.: noviembre 2021

30 de noviembre de 2021

Hay veces que, cuando estoy mal, me doy a mí misma un tiempo concreto para estarlo. Como cuando tus padres te decían: "Tienes una hora para jugar a ese videojuego". Me he convertido en mi madre más exigente. Esa fustigadora innata que no se permite estar mal. 

Como si la vida fuera un videojuego. Que podemos aprender las teclas y los trucos para pasar de nivel. Como si tuviera las siete vidas de un gato, que no me duelen la balas, que borro la partida, que revivo para volverlo a intentar.  Siempre quise ser streamer. Me decían que tengo gracia para eso. Por eso la vida se ríe, ya no sé si conmigo o de mí.

23 de noviembre de 2021

A canto y a cal

Los corazones tienen eso. Que a veces se cierran, a canto y a cal. Y tiran la llave sin siquiera preguntarte. No vas a tener derecho a sentir hasta que él lo decida.

Encerrado, en ese corazón lleno de pasillos, te das cuenta de que algunos duelen. Y entonces eres tú quien decide cerrar algunas de esas puertas. Y tirar dentro algunos recuerdos, empujar hasta cerrar. Porque ojos que no ven. 
Sientes.

Las heridas del corazón se parecen a las que te hacías de pequeño en las rodillas. Cuando parecen estar cerradas, doblas una esquina y se abre. Porque era el pasillo equivocado. Y paras en seco.

Y te das cuenta de que tu herida también pide que pares. Que no está bien. Y que esas ansias de no parar, te hacen sangrar.

Como si el mundo pudiera pararse. Y gira y gira. Supongo que los bajones son la única forma de eso, de bajar un rato, de tocar el suelo porque estás mareado.

Y ahí, en el suelo, es donde puedes mirar tu herida. Hola. Supongo que tenemos que cuidarnos.