UA-67133534-1 Livesmiling.: 2020

1 de agosto de 2020

Respira.

A veces extraño el pasado.
Otras, me preocupo mucho por el futuro.
Y es entonces cuando recuerdo respirar. Centrarme en el movimiento de mi pecho al entrar y salir el aire. Ese balanceo que recuerda a cuando te tumbas boca arriba en el mar y te mecen las olas.

Te tuve y no sé si te tendré.
Respira, presente: no te tengo.
Y eso es lo único que importa. Qué más da el resto si ahora mismo la realidad es esa.

Que no te tengo.
Respira.
Me tengo.

Y es la responsabilidad más bonita. Tenerse y cuidarse. Y me doy cuenta de lo capaz que soy de seguir decidiendo lo mejor para mí.

Pretérito de nosotros serás siempre precioso en mi recuerdo, pero llevo mucho tiempo sin respirar y por fin elijo hacerlo. Ahora. Respira.




29 de julio de 2020

Despedidas.

A veces, cuando te echo de menos, me gusta imaginar que tus ojos miran el mismo atardecer o amanecer que los míos.
Que nos encontramos allí, justo donde comienzan las sombras. Donde el sol cae, y las alarga. Ese espectáculo de luces que regala justo antes de sumirnos en la oscuridad, como una despedida, un hasta mañana.
Supongo que por eso me gusta imaginar que tú también miras, porque sabemos un poco a despedida... Que siempre vuelve.


Tempestad.

Siempre serás mi tempestad favorita. Por la que hundí mi barco y me convertí en sirena.
No respirar... Esa sensación me hacía encontrarte. Supongo que por eso me volví adicta.

Es difícil, marinero, explicar por qué soy feliz aquí si no has experimentado nunca lo que es compartir el mar. Huir de respirar puede parecer una locura, pero es que yo ya era sirena y necesité una tormenta para darme cuenta.
Desde entonces, ya no temo tanto los rayos ni los truenos. Imagino si estarán salvando otra alma de morir sin saber, lo que realmente es.

Encuentro rayos de luz que reflejan tu sonrisa.
Vaivenes que recuerdan tu movimiento.
Sabores en mi lengua que evocan esos besos jadeantes llenos de sudor.
Ojos que me miran curiosos en la profundidad.
Brazos que abrazan mi cuerpo en cada centímetro.
Sensaciones que hacen que sientas el cielo, ingrávidos, volando.
Me haces especial porque toco lugares que no dejas tocar a cualquier persona.

Así eres tú, querido mar.