La leyenda del hijo rojo cuenta que dos personas siempre van a estar conectadas por un hilo que parte de sus dedos meñiques, conectando sus corazones y que da igual el tiempo que pasen separados. Siempre hallarán el camino, por muchos nudos que se interpongan entre ellos.
24 de marzo de 2016
Promesa de dedo meñique.
La leyenda del hijo rojo cuenta que dos personas siempre van a estar conectadas por un hilo que parte de sus dedos meñiques, conectando sus corazones y que da igual el tiempo que pasen separados. Siempre hallarán el camino, por muchos nudos que se interpongan entre ellos.
Sufro de curiosidad insaciable, me encanta leer, sobre todo novela histórica y sobre el universo y diferentes teorías sobre su origen, me encanta lo que estudio y disfruto haciéndolo, cuando me propongo algo voy a por ello con todo mi esfuerzo y no dudo ni antepongo nada a ello. Mi familia y la gente que quiero la cuido siempre, porque no hay nada más importante que demostrar que amas (y ensanchas el alma). Adoro a mi Haku, que me demuestra cada día lo poco que merecemos a los perros. Me encanta la novela histórica, hay que leer para poder opinar. Adoro probar cosas nuevas, como el deporte, saber mis límites, viajar, sorprender y sorprendame. Si quieres saber cómo caerme bien tan sólo tienes que llevarme a ver atardecer a u lugar bonito y pedir un deseo en el último rayito de sol, decir de bucear o ver mundo natural. Me encanta escribir, lo hago por mí, desde pequeña, es mi vía d escape. Tengo toda mi vida escrita en libretas guardadas en cajas, en este blog sólo escribo algunas experiencias por si pueden ayudar o explico cómo veo yo diferentes aspectos de la vida. Gracias por leerme, siempre.
3 de marzo de 2016
Abre los ojos.
Despierto de una noche de fiesta y descubro que no tengo la cartera, el móvil no se enciende y me quedan 40 minutos para llegar a prácticas. Con las prisas se me olvida la bata. Las prácticas son con agentes microbianos peligrosos, no me dejan entrar si no tengo una. Como el móvil está apagado no consigo contactar con mi amiga para devolverle un libro que necesita. Cuando por fin consigo un móvil para llamar a mi chico, me dice que ha tenido un accidente de coche y que no ha sido nada, aunque yo sé que sólo lo dice para tranquilizarme. No puedo verle porque está lejos. Decido ir al gimnasio para calmarme y me encuentro que hay más gente que nunca. Cuando voy a salir está lloviznando y he traído la bici. Me monto en ella y tengo un resbalón en la primera curva por culpa de un impaciente que no esperó que el semáforo pasara a verde. Llego a un paso de peatones y me paro junto al resto de viandantes esperando que el semáforo se ponga en verde y me pongo a pensar.
Vaya mierda de día.
Vaya mierda de móvil.
Vaya mierda de prácticas.
De accidentes, de gimnasios, de lluvia, de bicis, de impaciencia... El semáforo cambia de color y todos, menos una muchacha que mira al frente muy fijamente, comienzan a andar. Lleva un bastón extensible en las manos. De repente mis preocupaciones pasan a un segundo plano. Ha llegado hasta ahí sola. Con las farolas en medio de la acera, con impacientes que se cruzan a su alrededor, con bicis que sortean su bastón mientras lo arrastra de un lado al otro. Y ahí está. Parada a mi lado. A mi misma altura. Miro atrás en mi día y puedo verlo todo con otros ojos. Es curioso. Que relativo es todo si abrimos los ojos y me lo ha tenido que enseñar una invidente.
Me bajé de la bici y me acerqué a ella para ayudarla a cruzar el paso de cebra. Me dijo gracias cuando acabamos y yo pensé que la que debía decir gracias... Era yo.
Vaya mierda de día.
Vaya mierda de móvil.
Vaya mierda de prácticas.
De accidentes, de gimnasios, de lluvia, de bicis, de impaciencia... El semáforo cambia de color y todos, menos una muchacha que mira al frente muy fijamente, comienzan a andar. Lleva un bastón extensible en las manos. De repente mis preocupaciones pasan a un segundo plano. Ha llegado hasta ahí sola. Con las farolas en medio de la acera, con impacientes que se cruzan a su alrededor, con bicis que sortean su bastón mientras lo arrastra de un lado al otro. Y ahí está. Parada a mi lado. A mi misma altura. Miro atrás en mi día y puedo verlo todo con otros ojos. Es curioso. Que relativo es todo si abrimos los ojos y me lo ha tenido que enseñar una invidente.
Me bajé de la bici y me acerqué a ella para ayudarla a cruzar el paso de cebra. Me dijo gracias cuando acabamos y yo pensé que la que debía decir gracias... Era yo.
Sufro de curiosidad insaciable, me encanta leer, sobre todo novela histórica y sobre el universo y diferentes teorías sobre su origen, me encanta lo que estudio y disfruto haciéndolo, cuando me propongo algo voy a por ello con todo mi esfuerzo y no dudo ni antepongo nada a ello. Mi familia y la gente que quiero la cuido siempre, porque no hay nada más importante que demostrar que amas (y ensanchas el alma). Adoro a mi Haku, que me demuestra cada día lo poco que merecemos a los perros. Me encanta la novela histórica, hay que leer para poder opinar. Adoro probar cosas nuevas, como el deporte, saber mis límites, viajar, sorprender y sorprendame. Si quieres saber cómo caerme bien tan sólo tienes que llevarme a ver atardecer a u lugar bonito y pedir un deseo en el último rayito de sol, decir de bucear o ver mundo natural. Me encanta escribir, lo hago por mí, desde pequeña, es mi vía d escape. Tengo toda mi vida escrita en libretas guardadas en cajas, en este blog sólo escribo algunas experiencias por si pueden ayudar o explico cómo veo yo diferentes aspectos de la vida. Gracias por leerme, siempre.
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