UA-67133534-1 Livesmiling.: 2014

27 de octubre de 2014

El día que tuvieron que dejar de quererse.

Muchas veces he querido preguntarle si la volvió a ver.
Pero dígame usted cómo se pregunta algo así a alguien que perdió tanto un 22 de marzo.

El día que mi abuela murió llovió. La verdad es que a mí me parecieron muchos menos litros por metro cuadrado de lo que el meteorólogo dijo después de ver la cantidad de lágrimas que una familia puede derramar por un ser querido.

Al día siguiente, al entrar en su casa sentí que algo había cambiado. No tardé mucho en darme cuenta de que en la frase anterior sólo sobraba un determinante posesivo. Ahora sólo era casa, jamás volvería a ser su.

A pesar de todos los males que la muerte implica, vi lo más hermoso que he podido ver a lo largo de mi vida. Porque la vida, por muy mal que se porte con nosotros, siempre da la oportunidad de ver algo bello, sólo tienes que levantar la vista del abismo.

Amor, sí señor, amor. Pero no uno de esos de película de sábado por la tarde. Sino de esos que dejan a un hombre llorar solo después de 55 años en compañía de una persona.

Puede que mi concepto de amor venga defectuoso de fábrica y por eso no he vuelto a ver nada igual...

5 de octubre de 2014

Sonrisa sincera.

Hoy había ido a maquillarme.
Sí, a uno de esos sitios donde maquillan de verdad...
A comprobar si dos kilos de peso en la cara podrían disminuir el vacío que siento en el corazón.
¿Sabíais que las lágrimas son el mejor desmaquillante? ¿No? Pues ya os lo digo yo.
Ya no sé lo que necesito. O sí. Pero para la mayoría de las cosas que quiero necesitas a una persona cerca. Personas que no están. Esas personas que ponen su mejor cara cuando necesitan algo de ti pero que dan la espalda cuando estás mal de verdad.
A veces no consiguen entenderlo. Ni siquiera yo. Solo necesito que esté ahí.  Ese alguien que se supone que debe estar.

Y siempre es quien menos te esperas la persona que te saca una sonrisa. Esporádica. Pero una sonrisa.

La sonrisa sincera... que bonita y que cruel a la vez. Puede acompañarte mucho tiempo y de repente dejarte en soledad.

¿Existirá de verdad esa felicidad de la que tanto hablan?
Si la conocéis decidle de mi parte que la invito a un café, o a un té, un batido... ¿qué creéis que preferirá? Supongo que con el tiempo que me brinde será suficiente.  Pues al fin y al cabo somos solo eso. Tiempo.

4 de octubre de 2014

Conceptos equivocados.

¿Recuerdas lo que es llegar a casa con la ilusión por recoger el correo y ver tu nombre escrito a mano en una carta?

 
Si es así,  eres una persona afortunada.


Pero, desgraciadamente, supongo que la mayoría simplemente, no podremos recordarlo porque no lo hemos experimentado. 


Pues nos ha tocado vivir una era en la que es más importante currarte las palabras de felicitación debajo de una foto con alguien en la que, cabe destacar, tú sales más favorecido o favorecida.
Eso, ahora, vale mucho más que intentar imaginar la cara de una persona especial para ti mientras lee tus palabras ESPECIALMENTE dedicadas a ella, no al público que te sigue, mientras te curas la herida que te ha hecho la rosa que has cortado volviendo del correo y que cuidadosamente has metido en agua para tu madre.


Que no creo que el mundo haya cambiado, porque él sigue ahí,  regalándote cosas bellas que tú te niegas a valorar...

Conceptos equivocados.

28 de julio de 2014

Abismos.

Una mañana me paré a mirar un vaso de leche vacío.

Comencé a llenarlo con leche pensando en hacer café,  conforme fue pasando el tiempo la leche ya estaba demasiado cerca del borde. Pensé entonces en hacer colacao,  pero la leche podría rebasar y caer.

Podría haber parado antes y no habría desperdiciado nada. No lo hice.

La vida está llena de podrían que no fueron y fueron que podrían no ser.

La cuestión es saber dónde está el límite, que muchas veces no es el abismo. Hay límites que no están definidos físicamente.  Muchas veces deberíamos aprender cómo y cuándo parar aunque quede espacio para caer.

Porque todo el mundo sabe que un café o un colacao sabe mucho mejor que un vaso de leche sola...¿no?

27 de marzo de 2014

Cara o cruz.

He andado buscando aquel refugio que otrora el papel me brindó. Esos secretos que se funden en hojas para ya nunca separarse.

Y por qué no yo tinta y tú papel...
Para evitar toda aquella distancia que nuestras ganas separan.

Hablemos de azar.
Ese azar prohibido que una vez me puso en tus brazos, ese secreto nocturno que ajenos oídos nunca escucharon.
Pero hablemos de azar, y hablando de azar te diré que no creo en esa palabra. Nuestra palabra, la que dije nos unió.
Pues, ¿qué es azar sin la probabilidad brindada por nosotros mismos?

Hablemos de provocar, mi religión.
Que no hay nada más profundo en el alma que lo que queremos provocar. Cada centímetro de piel y pensamiento que te llevan a la provocación.

Pues no creo en el azar sin provocar, ni en provocar sin azar...

+
Lánzalas.

19 de enero de 2014

Un cuadro.

¿Color?
¿Paisaje?
¿Textura?


Sé que puedes mirar la imagen y contestar las preguntas.

Ocurre igual que cuando conoces a una persona.

¿Estudiante?
¿Interesante?
¿Me atrae?
¿Viste bien?
¿Será educado?

Como a los cuadros, continuamente colgamos a las personas en el museo que es el recuerdo. Unos pasillos son más visibles, otros incluso tienen nombre, unas salas son más importantes...

¿Qué pasa con esos cuadros que no puedes clasificar?

Esas personas que continuamente se salen de tus parámetros, de lo establecido, cambiando colores y paisajes con un simple detalle. Porque como dicen, son los pequeños detalles los que marcan la diferencia...


Y te voy a decir algo, es eso, un cuadro, que se puede convertir en tu cuadro.
Y digo "un" y añado "tu" porque dos personas pueden estar mirando lo mismo y no ver el detalle, el mismo perfil.

Y es en eso en lo que nos basamos, o eso creen mis colores, en buscar ese perfil que continuamente se sale del marco que le habíamos asignado. Que te despierta el gato que llevas dentro, quieres saber lo que hay debajo de esa chapa de pintura para poder volver a enmarcarlo y que no desordene tu museo.


Porque un cuadro siempre tiene unos colores base, y es al mezclarlos cuando salen todas las gamas.

El reto es conseguir saber de qué base surge todo.

Y será ese cuadro, el que mejor mezcle los colores para tus ojos, el que te diga que con el azul, el rojo y el amarillo, puedes llegar a sorprender los ojos de otra persona.


Porque es buscando la esencia de las personas que nos sorprenden la mejor forma de encontrarnos a nosotros mismos, en un cuadro en algún rincón de tu museo...